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viernes, 3 de octubre de 2014

El aprendizaje y el autismo

El aprendizaje y el autismo

Foto: Wikipedia CC
Foto: Wikipedia CC
El contar historias es una de las intervenciones terapéuticas que han probado tener algún beneficio en el autismo. La motivación para utilizar la narración de historias es la de facilitar conocimientos del idioma y aumentar la atención en los niños con autismo. Estos nobles objetivos tienen que superar un escollo importante: como mantener a un niño con autismo interesado y alerta en un salón de clases. Es por esto que los maestros usan accesorios, tarjetas, canciones y dispositivos técnicos  tales como iPads (smartbord) pizarras inteligentes las cuales utilizamos en E.U. durante la narración, de lo contrario, la narración de cuentos por sí mismo, sin los apoyos, probablemente resultaría decepcionante para tanto el estudiante como el profesor.
Como profesora disfruto los niños como interactuan y se forman parte del cuento asi de esta manera le llama la atencion y estan mas atentos al cuento. Como hacer que ellos interactuen? lleven contigo un marioneta, cambia tu voz y ser parte del personaje al fin de que ellos y tanto como tu disfruten del cuento. Contar historias es una estrategia útil para el aprendizaje, especialmente en el autismo. Me gustan especialmente aquellas que tienen un tema de redención y dan oportunidad para el crecimiento personal. La narración de historias requiere el uso del lenguaje, la memoria, e incluso un sentido de sí mismo (Teoría de la Mente). El hecho que una persona pueda hablar de sí misma desde una perspectiva externa (es decir, mirando desde el exterior) denota tener Teoría de la Mente. Los niños con autismo también tienen su propio túnel de realidad y pueden moldear su relato de acuerdo a experiencias pasadas y creencias previas. Un profesor de apoyo puede utilizar la narración para ayudar a la socialización de niños con autismo.


LOS MIEDOS Y LAS MANÍAS EN LOS NIÑOS: UNA FORMA DE AFRONTAR LA ANSIEDAD

Tener miedo a determinadas situaciones, y desarrollar ciertas manías o hábitos desagradables es algo bastante común en los niños. Además, algunos de estos comportamientos se mantienen durante la vida adulta de cualquier persona. Pero cuando estos comportamientos afectan la vida diaria, la vida en familia y el entorno escolar, entonces es preciso poner atención y actuar a tiempo, ya que estos pueden ser una señal de alarma de que algo no va bien en el desarrollo del niño.
ansiedadLa ansiedad es la característica común de los miedos y las manías. Cuando los miedos surgen en los niños, incrementa su preocupación, y es entonces, cuando utilizan las manías para calmarse o sentirse mejor. Es decir, que los miedos son aquellas situaciones capaces de generar un estado de ansiedad, y una manía es la forma como el niño se defiende de esta situación. Es por esto que todas las personas cargamos con determinadas manías, es decir tengamos nuestra propia forma de enfrentarnos a las situaciones que nos generan preocupación y ansiedad.
Los miedos son bastante frecuentes en los niños y se diferencian de acuerdo a la etapa de su desarrollo, así que, es frecuente encontrar a un bebé de ocho meses que siente temor a las personas desconocidas, a un pequeño de un año que teme a los ruidos fuertes y un niño de seis años que siente temor a la oscuridad; y todos estos miedos son normales y característicos de su edad. La respuesta de los niños ante los miedos se traduce en manías, y estas pueden ir desde rascarse constantemente la cabeza, morderse las uñas, chupar dedo, enrollarse el pelo, balancearse, en fin, un sin número de comportamientos, que si bien, le producen bienestar al niño, a los padres los lleva de cabeza, y tratan por todos los medios de quitarlos.
¿Pero, qué deben hacer los padres para ayudar al niño? Pueden ayudarle a afrontar el miedo, pero no tratando de castigar o señalar como una mala conducta la manía que surge ante determinada situación. Por el contrario, el padre o la madre pueden ayudar al niño a hacerle frente, transmitiéndole confianza, acompañándole, mostrándole una actitud positiva y enseñándole cómo enfrentarse a eso que le produce tanto temor. Cuando la respuesta de los padres no es adecuada puede desencadenar en el niño un problema mayor como las fobias o los rituales, los cuales necesitarán de un especialista para tratarlos, ya que los miedos evolutivos y las manías de la infancia se habrán convertido en conductas obsesivas que limitarán el desempeño del niño en el ambiente familiar, escolar y social.
Publicado por: Autismo Diario