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sábado, 6 de abril de 2013

Mes de la cociernizacion sobre el Autismo


Hola a todos estamos en el mes de la conciernizacion del Autismo y le doy las gracias por apoyar mi blog y a esos padres que seguimos luchando por muestros niños les digo sigan hacia adelante no se den por vencidos que con amor y paciencia y llenandonos de informacion poco a poco podemos hechar hacia adelante nuestros chicos.

Como puedo saber si mi niño tiene transtorno del aprendizaje?


¿Cómo puedo saber si mi niño tiene un trastorno del aprendizaje?

Los niños tienen su propio ritmo y estilo para aprender. Pero si tu hijo tiene muchas dificultades para hablar o aprender los números y las letras, quizás tenga un trastorno del aprendizaje. Estos trastornos afectan la forma en la que el cerebro procesa la información. Es por eso que el entender algunos conceptos resulta muy difícil. 

Un niño con un trastorno del aprendizaje quizás entienda perfectamente la trama de un libro que lee. Pero es probable que, si le haces una pregunta sobre lo que acaba de leer, no te responda, ya que le costará mucho trabajo. Además puede ser que tu pequeño te diga con mucha facilidad el alfabeto de corrido, de la A a la Z. Sin embargo, no será capaz de nombrar las letras del alfabeto por separado. Puede ser común además que el pequeño tenga dificultad para armar un rompecabezas o atarse los cordones de sus zapatos. 

Los niños con trastornos del aprendizaje generalmente tienen una inteligencia normal o por encima de lo normal pero les cuesta expresar lo que saben. Debido a que los niños con trastornos del aprendizaje tienen dificultad para aprender ciertas materias, a menudo sienten frustración y enojo. Además es común que tengan una autoestima baja e incluso sufran de depresión. Quizás tu niño sepa bien lo que quiere lograr, decir, escribir o hacer pero conseguirlo no le resultará fácil. 

"Por algún motivo, la información que ingresa por los ojos y los oídos de los niños con trastornos del aprendizaje, no se traduce correctamente. Por lo tanto, la respuesta que surge del niño no es la apropiada”, dice Ron Liebman, psiquiatra infantil de Lynnewood, Pensilvania. "Me refiero a niños con coeficiente intelectual normal", añade. 

¿Cuáles son las señales de un trastorno del aprendizaje en niños de 5 años o menores?

Los trastornos del aprendizaje generalmente se agrupan en tres categorías: 

• Trastornos del habla o lenguaje. 
• Problemas para leer, escribir y aprender matemáticas. 
• Y otra serie de trastornos tales como problemas de coordinación, motricidad o memoria. 

A veces es evidente que un niño tiene una determinada discapacidad, como dislexia o discalculia. La dislexia afecta la capacidad de leer y la discalculia impacta de manera negativa la habilidad de aprender matemáticas. Es común que los niños sufran una combinación de distintos trastornos. 

Los trastornos por déficit de atención no son trastornos del aprendizaje propiamente dichos. Pero los niños con discapacidades del aprendizaje generalmente también manifiestan problemas de falta de atención. 

Entre los signos que podrían indicar un trastorno del aprendizaje en niños menores de 5 años, se incluyen: 

• Retraso del habla. 
• Problemas de pronunciación. 
• Dificultad para aprender nuevas palabras. 
• Dificultad para aprender a leer. 
• Dificultad para aprender los números o el alfabeto. 
• Intervalos de atención cortos. 
• Dificultad para seguir instrucciones. 
• Dificultad para sostener correctamente el crayón o la lapicera. 

¿Cómo puedo evaluar a mi niño?

Existe controversia en cuanto al diagnóstico de los trastornos del aprendizaje. Algunos expertos en el tema creen que este trastorno se diagnostica más de lo que se debería. Diagnosticar trastornos del aprendizaje en niños pequeños puede ser controvertido, ya que a esa edad los pequeños aprenden a ritmos totalmente diferentes. De acuerdo con Liebman, no se puede llegar a un buen diagnóstico hasta que el niño esté en tercer grado de primaria. 

De cualquier manera se recomienda que tengas en cuenta cualquier preocupación o inquietud que sientas respecto a tu hijo. Un buen diagnóstico y la intervención temprana son cruciales y pueden tener un gran impacto en el futuro académico de tu niño. Si estás preocupada por la capacidad de tu hijo para leer, escribir o hablar, conversa con personas que lo conocen, como por ejemplo, con su maestra. Los maestros suelen detectar rápidamente los indicios tempranos de un trastorno del aprendizaje. Coméntaselo también al pediatra de tu hijo. 

En muchos casos, si tienes un niño pequeño, lo mejor es esperar y ver qué pasa. Puede ser que tu hijo esté sufriendo un retroceso momentáneo y, de repente, logre ponerse al mismo nivel que el resto de los niños. 

Tu niño necesitará un examen formal para saber con certeza si tiene algún problema. Esto, por lo general, lo lleva a cabo un sicólogo, un neurosicólogo infantil, un pediatra especializado o un siquiatra. Esta evaluación se realiza en un consultorio y dura un par de horas. Tu niño tendrá que hacer varias actividades usando juguetes y materiales educativos. En las oficinas del distrito escolar público que les corresponde, también te pueden ayudar. Allí podrán ayudarte a programar su evaluación médica. Es posible que te recomienden que no le hagas los estudios a tu niño hasta que tenga entre 7 a 8 años de edad. 

¿Qué se puede hacer para ayudar a un niño que padece trastornos de aprendizaje?

Los trastornos del aprendizaje duran toda la vida. No obstante, hay muchas cosas que puedes hacer para ayudar a tu niño a sobrellevar su discapacidad. Por ejemplo, la maestra le puede brindar a tu niño la oportunidad de practicar ciertas actividades en un entorno de comprensión y paciencia. Los niños con trastornos del aprendizaje pueden aprender y, de hecho, lo hacen. 

Como padre, una de las cosas más importantes que puedes hacer es apoyar a tu niño y ayudarlo a que su experiencia de aprendizaje sea positiva. Es recomendable que te concentres en los puntos fuertes de tu hijo. Si le cuesta mucho aprender el alfabeto pero le encantan los animales, fomenta ese interés y ayúdalo a convertirse en un experto en animales. También es de suma importancia que alimentes suautoestima, alentando sus capacidades y gustos. 

No trates de volverte un experto en la discapacidad de tu hijo. Tu tarea es brindarle amor y paciencia. Otro de tus objetivos principales será buscar a especialistas que estén capacitados para ayudarle a que aprenda. Recuerda que es muy importante que tu hijo reciba el tratamiento adecuado. Las leyes estatales y federales de Estados Unidos en torno a la discapacidad, exigen que muchos de los niños con trastornos del aprendizaje reciban servicios gratuitos. 

Existen escuelas privadas especializadas en niños con discapacidades de aprendizaje, pero generalmente son muy costosas. Consulta con el maestro de tu niño o con organizaciones locales que brinden ayuda gratuita a niños con discapacidades. La terapia sicológica también puede ser útil. Es común que los niños con trastornos del aprendizaje sientan que sus vidas son un fracaso, y esto les daña su autoestima. Sus frustraciones pueden transformarse en ira. 

“Considero que tratar los problemas emocionales y sicológicos de un niño es más importante que enseñarle que dos más dos es igual a cuatro", dice Liebman. Los padres necesitan aprender a manejar los arranques emocionales de su niño. 

Aunque la mayoría de las personas coincide en que los padres no deben celebrar el comportamiento de un niño cuando hace berrinches o llora, este tipo de escape emocional puede ser beneficioso para los niños con estos trastornos. Si permaneces cerca de tu niño durante esos momentos y le dices que lo quieres y que sabes que las cosas no son fáciles para él, le demostrarás que no está solo en su lucha y que siempre estarás con él para ayudarlo. 

No te olvides de cuidarte tú misma. Ser papá de un niño con problemas de aprendizaje es estresante. Muchas organizaciones especializadas en discapacidad también ofrecen grupos de apoyo y asesoramiento para padres. Publicado por: Baby Center

Que es el Transtorno por Deficit de Atencion e hiperactividad en un niño. (ADHD)


¿Qué es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad?

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH, o ADHD por sus siglas en inglés) es una enfermedad que impide que un niño controle su nivel de actividad y sus reacciones frente a lo que sucede a su alrededor. A un niño con TDAH se le dificulta concentrarse o quedarse quieto.

Este síndrome se manifiesta en la infancia y, por lo general, se prolonga hasta la adolescencia y la edad adulta.

La mayoría de los especialistas afirman que es muy difícil diagnosticar el TDAH en niños menores de 5 años. Esto es porque algunos de los síntomas (como la agitación y la necesidad de movimiento) son difíciles de diferenciar del comportamiento típico de los niños pequeños, que por lo general tienen mucha energía. Además, los niños a esta edad se desarrollan rápidamente, lo cual también dificulta el diagnóstico.

Sin embargo, es importante que tengas en cuenta que los síntomas del TDAH se presentan a una edad temprana, así que puedes comenzar a notarlos cuando tu niño es todavía muy pequeño.

¿Cuáles son los síntomas?

Pueden variar de un niño a otro. Los especialistas han identificado tres tipos principales de TDAH: TDAH inatento (es decir, trastorno de déficit de atención, anteriormente conocido como TDA o ADD por sus siglas en inglés); TDAH hiperactivo-impulsivo; y TDAH mixto, en el cual el niño tiene ambos síntomas de falta de atención e hiperactividad. Para diagnosticar el TDAH, el doctor de tu niño hará una evaluación, que se enfocará en su comportamiento. Examinará ciertas conductas, las cuales deben presentarse en más de un contexto, y durante un periodo de más de seis meses. Tales comportamientos deben afectar de manera negativa la vida del niño, tanto en el hogar como en la escuela y en su entorno social.

Signos de falta de atención:
• Fantasea y le cuesta mucho prestar atención.
• Le cuesta mucho escuchar lo que le dicen.
• Se distrae fácilmente de sus tareas y del juego.
• Le cuesta seguir instrucciones.
• Es desorganizado.
• Pierde cosas importantes.
• Se olvida de las cosas.
• No quiere hacer actividades que exijan mucho esfuerzo mental.

Signos de hiperactividad:
• Generalmente está inquieto o se contorsiona, parece estar en constante movimiento.
• Habla mucho.
• Le cuesta participar en actividades tranquilas.
• A menudo corre de un lado a otro y se trepa en lugares inapropiados.

Signos de impulsividad:
• Contesta antes de que terminen de hacerle una pregunta.
• No tiene paciencia.
• Tiene dificultad para esperar su turno o quedarse quieto en una una fila.
• Actúa y habla sin pensar.
• Se lanza a cruzar la calle sin mirar.
• Interrumpe a otros.

Es probable que algunas de estas conductas te parezcan conocidas. Prácticamente todos los niños se emocionan demasiado o se alteran de vez en cuando. Pero si crees que a tu pequeño le sucede esto más que a otros niños de su edad y estás preocupada, consulta con su doctor.

¿Podrían otros factores causar este comportamiento?

Sí. Un problema de audición o visión o un retraso en el aprendizaje podrían afectar la capacidad de concentración de tu niño. También puede manifestar algunos de estos comportamientos si atraviesa por una situación difícil como el fallecimiento de un ser querido o un divorcio en la familia. O quizá necesite hacer más actividad física para canalizar sus energías. Si estás preocupada, consulta con su pediatra. Su doctor te puede sugerir que lo observes por un tiempo, ya que aún es muy pequeño para hacerle un diagnóstico. O bien, es posible que considere que debe evaluarlo de inmediato.

¿Es muy común el TDAH?

De acuerdo con la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés), el TDAH afecta del 4 al 12 por ciento de los niños estadounidenses en edad escolar. Los síntomas suelen presentarse antes de los 7 años de edad. Algunos estudios demuestran que el TDAH afecta tres veces más a los niños que a las niñas. Asimismo, los niños con TDAH, generalmente tienen familiares que padecen esta enfermedad.

¿Cuáles son las causas del TDAH?

Aunque existe un importante número de investigaciones al respecto, aún quedan muchas preguntas sin responder. La mayoría de los investigadores sostienen que el TDAH es, en parte, genético. Algunos estudios demuestran que si un niño padece de TDAH, la posibilidad de que un hermano también tenga esa enfermedad, es del 20 al 25 por ciento, o cinco veces mayor que en la población general.

Es posible que además exista un factor neurológico. Se cree que las personas con TDAH han heredado una incapacidad física para regular los niveles de ciertas sustancias químicas en el cerebro tales como la dopamina y la norepinefrina. Y los investigadores han revelado que los niños con TDAH tienen entre 3 y 4 por ciento menos de volumen en todas las zonas del cerebro comparados con niños que no padecen esta enfermedad. Además tienen menos sustancia blanca (las fibras que conectan las áreas del cerebro). Antes que existieran tantos estudios sobre este padecimiento, los investigadores afirmaban que los trastornos de atención los causaban pequeñas lesiones en la cabeza o daños menores en el cerebro. No obstante, la gran mayoría de las personas con TDAH no tienen antecedentes de lesiones en la cabeza o daño cerebral.

El consumo de cigarrillos y alcohol durante el embarazo también puede contribuir a que los bebés desarrollen este padecimiento.

Lo cierto es que existe mucha confusión en cuanto a esta enfermedad. Muchos creen que el TDAH está vinculado con el azúcar refinado, los aditivos de los alimentos y las vacunas. No obstante, los estudios más recientes no revelan ninguna vinculación entre esos factores y el TDAH.

Además el TDAH no se debe al trato que le dan los papás a sus hijos, ni a problemas familiares o a una educación deficiente. Tampoco tiene nada que ver con el exceso de televisión. Cabe la pena señalar que el entorno en el que se desarrolla el niño no es una causa directa de este padecimiento. Sin embargo, el entorno puede empeorar la gravedad del trastorno y afectar la manera en que un niño enfrenta su condición y vive con ella.

¿Podrá mi niño superarlo?

Probablemente no. Por lo general, los niños que padecen de TDAH, siguen con esa condición hasta que son adultos. De hecho, el 80 por ciento de los niños que toman medicamentos para el TDAH durante la infancia, siguen necesitándolos en la adolescencia. Y más de la mitad de ellos continúa con el medicamento cuando son adultos. Sin embargo, muchos aprenden a controlar la condición.

¿Es el TDAH controvertido?

Sí, el tema es controvertido. Parte de ello se debe a que los especialistas, aún no determinan cuál es su causa. Y por otra parte es muy difícil de diagnosticar, dado que los síntomas del TDAH se confunden fácilmente con la conducta típica de los niños durante la infancia.

Los medicamentos para los niños con TDAH también han sido objeto de discusión. Médicos, especialistas y padres, tienen sus propias opiniones en cuanto a si los niños menores de 6 años, deben tomar medicamentos para tratar el TDAH. Cabe subrayar que las guías de diagnóstico de la AAP, para el tratamiento de TDAH, son sólo para niños de entre 6 y 12 años.

Aproximadamente, tres de cada cien niños que toman medicamentos tales como Ritalin y otros estimulantes que se utilizan para tratar el TDAH, pueden padecer efectos secundarios. Entre éstos se incluyen el dolor de estómago y de cabeza, la pérdida de peso y la dificultad para dormir. La hipertensión y el retraso en el crecimiento son otros posibles efectos secundarios. Si el doctor le receta a tu niño medicamentos para el TDAH, es muy probable que le haga revisiones médicas frecuentes.

¿Cómo evaluarán a mi niño?

El pediatra examinará a tu niño y verificará su historial médico así como su comportamiento social. Es muy posible que te haga preguntas sobre tu embarazo y sobre si otros miembros de la familia padecen de esta enfermedad. Además querrá saber más sobre el estado emocional de tu niño. Es probable que te recomiende que le hagan exámenes para descartar posibles problemas de visión y audición.

El pediatra quizás sugiera que a tu niño lo vea un sicólogo o siquiatra infantil, un pediatra especializado en desarrollo infantil u otro especialista en salud mental. El especialista que se encargue del caso de tu niño le hará varias pruebas para evaluar su memoria y su capacidad para resolver problemas y escuchar. Además te pedirá que tú o la persona que cuide a tu hijo conteste un formulario que incluirá preguntas tales como “¿Con qué frecuencia observas que está inquieto?”. Las respuestas pueden variar de “nunca” a “siempre”.

El especialista evaluará las conductas asociadas con el TDAH. Posiblemente te pida a ti o a la persona que cuida a tu hijo que escriban una carta donde detallen su comportamiento habitual. El médico podrá hacer un diagnóstico junto con otros especialistas.

¿Cuál es el tratamiento?

Hay tres opciones: Terapia familiar, terapia de la conducta y medicamentos. La mayoría de expertos en este campo, sostiene que la terapia familiar y la terapia de la conducta son suficientes para tratar a los niños que padecen de TDAH.

La terapia familiar, algunas veces llamada "capacitación para padres", es una de las mejores maneras de tratar el TDAH. Te ayudará a aprender a manejar tu propia frustración con el comportamiento de tu hijo y a criarlo con un enfoque positivo y consistente. Asimismo, te ayudará a replantearte las expectativas que tienes de él.

La terapia de la conducta puede enseñarte a estructurar ciertas situaciones en tu casa y en la escuela para que tu niño no esté expuesto a distracciones o estímulos innecesarios.

Los medicamentos para el TDAH generalmente no se recetan a niños menores de 6 años, aunque algunos están aprobados para niños mayores de 3 años. Los más recetados son los fármacos estimulantes como metilfenidato (mejor conocido por su marca, Ritalin) y dextroanfetamina (Dexedrine). Los investigadores creen que estos medicamentos ayudan a regular los niveles de neurotransmisores en el cerebro. Ambos medicamentos se ofrecen en dos formulaciones, una de acción corta (dos a cuatro horas) y una de acción más prolongada (seis a 10 horas).

Es importante que tengas presente que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad es un término relativamente nuevo. Es común que hoy en día, algunos temas relacionados a este trastorno figuren en los medios de comunicación. Los investigadores continúan en la búsqueda de tratamientos para tratar este padecimiento. Pero a medida que surjan nuevos estudios sobre el TDAH, quizás tus amigos o familiares quieran sugerirte lo que debes hacer para tratar a tu hijo.

La mejor forma de evitar ansiedad y confusión, es hablar con el pediatra o el terapeuta de tu hijo. Ellos te ayudarán a identificar las soluciones más apropiadas para él.

¿Qué puedo hacer en casa para ayudar a mi hijo?

El primer paso es aceptar que tu pequeño padece este trastorno. Después es importante que estés consciente de las habilidades de tu hijo. Muchos niños con TDAH son increíblemente inteligentes y creativos. Así que tu niño podría llegar a ser un eminente científico o director cinematográfico. Pero será necesario que reconsideres la manera de educarlo así como también el tipo de entorno que le vas a ofrecer. Comienza con lo siguiente:

• Busca ayuda. Si tienes un diagnóstico concluyente, informa a todos los miembros de tu familia (por lo menos a aquellos que pasan mucho tiempo con tu niño), amigos cercanos, maestros, y a cualquier otra persona que pueda ofrecerles su apoyo. Algunos padres de niños con TDAH suelen ocultar el problema por el que atraviesan, porque temen que estigmaticen a su niño. Sin embargo, el reconocer el problema puede darte paz y tranquilidad. Y es de suma importancia que cuentes con un grupo de personas que te ayuden para que tu niño reciba todo el apoyo que necesita.

• Modifica el entorno. Es recomendable que tu niño no esté rodeado de muchas cosas que lo estimulen y distraigan demasiado. Asegúrate que su habitación esté ordenada. Evita los excesos. Si tienes demasiados juguetes y libros, esconde algunos. Si tienes a tu hijo en una guardería, pídele a la encargada que tenga al niño en un lugar donde le sea más fácil tranquilizarlo y controlarlo. Pídele también que lo aleje de los niños o de los objetos que lo distraigan mucho.

• Establece rutinas. Es recomendable que todos los pequeños tengan rutinas. Y esto es aún más importante para los niños con TDAH, ya que al contar con una rutina que se repite diariamente, evitarás su ansiedad y tensión. Tu niño se sentirá más tranquilo y seguro si sabe qué actividades hará durante el día. De vez en cuando puedes incluir nuevas actividades en su rutina. Pero recuerda que lo más importante es que te asegures que tu niño sepa cuándo y dónde comerá y a qué hora serán sus siestas.

• Recompénsalo. Quizás no sepas que a los niños con TDAH les encantan las recompensas, por más simples que éstas sean. Elogia de inmediato su buen comportamiento (“¡Te cepillaste los dientes como te pedí! ¡Gracias!”), y dale a tu niño un pequeño premio que le guste, como un libro de uno de sus personajes preferidos. La recompensa debe ser algo que pueda disfrutar de inmediato, puesto que a los niños con TDAH no les gusta esperar. Al darle una muestra de reconocimiento, tu hijo se sentirá muy bien y querrá repetir esa actividad por la que lo premiaste. Con el tiempo, es posible que realice las tareas que le asignes por iniciativa propia y habrá menos necesidad de ofrecerle esas recompensas.  publicado por: Baby Center