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viernes, 3 de octubre de 2014

El aprendizaje y el autismo

El aprendizaje y el autismo

Foto: Wikipedia CC
Foto: Wikipedia CC
El contar historias es una de las intervenciones terapéuticas que han probado tener algún beneficio en el autismo. La motivación para utilizar la narración de historias es la de facilitar conocimientos del idioma y aumentar la atención en los niños con autismo. Estos nobles objetivos tienen que superar un escollo importante: como mantener a un niño con autismo interesado y alerta en un salón de clases. Es por esto que los maestros usan accesorios, tarjetas, canciones y dispositivos técnicos  tales como iPads (smartbord) pizarras inteligentes las cuales utilizamos en E.U. durante la narración, de lo contrario, la narración de cuentos por sí mismo, sin los apoyos, probablemente resultaría decepcionante para tanto el estudiante como el profesor.
Como profesora disfruto los niños como interactuan y se forman parte del cuento asi de esta manera le llama la atencion y estan mas atentos al cuento. Como hacer que ellos interactuen? lleven contigo un marioneta, cambia tu voz y ser parte del personaje al fin de que ellos y tanto como tu disfruten del cuento. Contar historias es una estrategia útil para el aprendizaje, especialmente en el autismo. Me gustan especialmente aquellas que tienen un tema de redención y dan oportunidad para el crecimiento personal. La narración de historias requiere el uso del lenguaje, la memoria, e incluso un sentido de sí mismo (Teoría de la Mente). El hecho que una persona pueda hablar de sí misma desde una perspectiva externa (es decir, mirando desde el exterior) denota tener Teoría de la Mente. Los niños con autismo también tienen su propio túnel de realidad y pueden moldear su relato de acuerdo a experiencias pasadas y creencias previas. Un profesor de apoyo puede utilizar la narración para ayudar a la socialización de niños con autismo.


LOS MIEDOS Y LAS MANÍAS EN LOS NIÑOS: UNA FORMA DE AFRONTAR LA ANSIEDAD

Tener miedo a determinadas situaciones, y desarrollar ciertas manías o hábitos desagradables es algo bastante común en los niños. Además, algunos de estos comportamientos se mantienen durante la vida adulta de cualquier persona. Pero cuando estos comportamientos afectan la vida diaria, la vida en familia y el entorno escolar, entonces es preciso poner atención y actuar a tiempo, ya que estos pueden ser una señal de alarma de que algo no va bien en el desarrollo del niño.
ansiedadLa ansiedad es la característica común de los miedos y las manías. Cuando los miedos surgen en los niños, incrementa su preocupación, y es entonces, cuando utilizan las manías para calmarse o sentirse mejor. Es decir, que los miedos son aquellas situaciones capaces de generar un estado de ansiedad, y una manía es la forma como el niño se defiende de esta situación. Es por esto que todas las personas cargamos con determinadas manías, es decir tengamos nuestra propia forma de enfrentarnos a las situaciones que nos generan preocupación y ansiedad.
Los miedos son bastante frecuentes en los niños y se diferencian de acuerdo a la etapa de su desarrollo, así que, es frecuente encontrar a un bebé de ocho meses que siente temor a las personas desconocidas, a un pequeño de un año que teme a los ruidos fuertes y un niño de seis años que siente temor a la oscuridad; y todos estos miedos son normales y característicos de su edad. La respuesta de los niños ante los miedos se traduce en manías, y estas pueden ir desde rascarse constantemente la cabeza, morderse las uñas, chupar dedo, enrollarse el pelo, balancearse, en fin, un sin número de comportamientos, que si bien, le producen bienestar al niño, a los padres los lleva de cabeza, y tratan por todos los medios de quitarlos.
¿Pero, qué deben hacer los padres para ayudar al niño? Pueden ayudarle a afrontar el miedo, pero no tratando de castigar o señalar como una mala conducta la manía que surge ante determinada situación. Por el contrario, el padre o la madre pueden ayudar al niño a hacerle frente, transmitiéndole confianza, acompañándole, mostrándole una actitud positiva y enseñándole cómo enfrentarse a eso que le produce tanto temor. Cuando la respuesta de los padres no es adecuada puede desencadenar en el niño un problema mayor como las fobias o los rituales, los cuales necesitarán de un especialista para tratarlos, ya que los miedos evolutivos y las manías de la infancia se habrán convertido en conductas obsesivas que limitarán el desempeño del niño en el ambiente familiar, escolar y social.
Publicado por: Autismo Diario

sábado, 6 de abril de 2013

Mes de la cociernizacion sobre el Autismo


Hola a todos estamos en el mes de la conciernizacion del Autismo y le doy las gracias por apoyar mi blog y a esos padres que seguimos luchando por muestros niños les digo sigan hacia adelante no se den por vencidos que con amor y paciencia y llenandonos de informacion poco a poco podemos hechar hacia adelante nuestros chicos.

Como puedo saber si mi niño tiene transtorno del aprendizaje?


¿Cómo puedo saber si mi niño tiene un trastorno del aprendizaje?

Los niños tienen su propio ritmo y estilo para aprender. Pero si tu hijo tiene muchas dificultades para hablar o aprender los números y las letras, quizás tenga un trastorno del aprendizaje. Estos trastornos afectan la forma en la que el cerebro procesa la información. Es por eso que el entender algunos conceptos resulta muy difícil. 

Un niño con un trastorno del aprendizaje quizás entienda perfectamente la trama de un libro que lee. Pero es probable que, si le haces una pregunta sobre lo que acaba de leer, no te responda, ya que le costará mucho trabajo. Además puede ser que tu pequeño te diga con mucha facilidad el alfabeto de corrido, de la A a la Z. Sin embargo, no será capaz de nombrar las letras del alfabeto por separado. Puede ser común además que el pequeño tenga dificultad para armar un rompecabezas o atarse los cordones de sus zapatos. 

Los niños con trastornos del aprendizaje generalmente tienen una inteligencia normal o por encima de lo normal pero les cuesta expresar lo que saben. Debido a que los niños con trastornos del aprendizaje tienen dificultad para aprender ciertas materias, a menudo sienten frustración y enojo. Además es común que tengan una autoestima baja e incluso sufran de depresión. Quizás tu niño sepa bien lo que quiere lograr, decir, escribir o hacer pero conseguirlo no le resultará fácil. 

"Por algún motivo, la información que ingresa por los ojos y los oídos de los niños con trastornos del aprendizaje, no se traduce correctamente. Por lo tanto, la respuesta que surge del niño no es la apropiada”, dice Ron Liebman, psiquiatra infantil de Lynnewood, Pensilvania. "Me refiero a niños con coeficiente intelectual normal", añade. 

¿Cuáles son las señales de un trastorno del aprendizaje en niños de 5 años o menores?

Los trastornos del aprendizaje generalmente se agrupan en tres categorías: 

• Trastornos del habla o lenguaje. 
• Problemas para leer, escribir y aprender matemáticas. 
• Y otra serie de trastornos tales como problemas de coordinación, motricidad o memoria. 

A veces es evidente que un niño tiene una determinada discapacidad, como dislexia o discalculia. La dislexia afecta la capacidad de leer y la discalculia impacta de manera negativa la habilidad de aprender matemáticas. Es común que los niños sufran una combinación de distintos trastornos. 

Los trastornos por déficit de atención no son trastornos del aprendizaje propiamente dichos. Pero los niños con discapacidades del aprendizaje generalmente también manifiestan problemas de falta de atención. 

Entre los signos que podrían indicar un trastorno del aprendizaje en niños menores de 5 años, se incluyen: 

• Retraso del habla. 
• Problemas de pronunciación. 
• Dificultad para aprender nuevas palabras. 
• Dificultad para aprender a leer. 
• Dificultad para aprender los números o el alfabeto. 
• Intervalos de atención cortos. 
• Dificultad para seguir instrucciones. 
• Dificultad para sostener correctamente el crayón o la lapicera. 

¿Cómo puedo evaluar a mi niño?

Existe controversia en cuanto al diagnóstico de los trastornos del aprendizaje. Algunos expertos en el tema creen que este trastorno se diagnostica más de lo que se debería. Diagnosticar trastornos del aprendizaje en niños pequeños puede ser controvertido, ya que a esa edad los pequeños aprenden a ritmos totalmente diferentes. De acuerdo con Liebman, no se puede llegar a un buen diagnóstico hasta que el niño esté en tercer grado de primaria. 

De cualquier manera se recomienda que tengas en cuenta cualquier preocupación o inquietud que sientas respecto a tu hijo. Un buen diagnóstico y la intervención temprana son cruciales y pueden tener un gran impacto en el futuro académico de tu niño. Si estás preocupada por la capacidad de tu hijo para leer, escribir o hablar, conversa con personas que lo conocen, como por ejemplo, con su maestra. Los maestros suelen detectar rápidamente los indicios tempranos de un trastorno del aprendizaje. Coméntaselo también al pediatra de tu hijo. 

En muchos casos, si tienes un niño pequeño, lo mejor es esperar y ver qué pasa. Puede ser que tu hijo esté sufriendo un retroceso momentáneo y, de repente, logre ponerse al mismo nivel que el resto de los niños. 

Tu niño necesitará un examen formal para saber con certeza si tiene algún problema. Esto, por lo general, lo lleva a cabo un sicólogo, un neurosicólogo infantil, un pediatra especializado o un siquiatra. Esta evaluación se realiza en un consultorio y dura un par de horas. Tu niño tendrá que hacer varias actividades usando juguetes y materiales educativos. En las oficinas del distrito escolar público que les corresponde, también te pueden ayudar. Allí podrán ayudarte a programar su evaluación médica. Es posible que te recomienden que no le hagas los estudios a tu niño hasta que tenga entre 7 a 8 años de edad. 

¿Qué se puede hacer para ayudar a un niño que padece trastornos de aprendizaje?

Los trastornos del aprendizaje duran toda la vida. No obstante, hay muchas cosas que puedes hacer para ayudar a tu niño a sobrellevar su discapacidad. Por ejemplo, la maestra le puede brindar a tu niño la oportunidad de practicar ciertas actividades en un entorno de comprensión y paciencia. Los niños con trastornos del aprendizaje pueden aprender y, de hecho, lo hacen. 

Como padre, una de las cosas más importantes que puedes hacer es apoyar a tu niño y ayudarlo a que su experiencia de aprendizaje sea positiva. Es recomendable que te concentres en los puntos fuertes de tu hijo. Si le cuesta mucho aprender el alfabeto pero le encantan los animales, fomenta ese interés y ayúdalo a convertirse en un experto en animales. También es de suma importancia que alimentes suautoestima, alentando sus capacidades y gustos. 

No trates de volverte un experto en la discapacidad de tu hijo. Tu tarea es brindarle amor y paciencia. Otro de tus objetivos principales será buscar a especialistas que estén capacitados para ayudarle a que aprenda. Recuerda que es muy importante que tu hijo reciba el tratamiento adecuado. Las leyes estatales y federales de Estados Unidos en torno a la discapacidad, exigen que muchos de los niños con trastornos del aprendizaje reciban servicios gratuitos. 

Existen escuelas privadas especializadas en niños con discapacidades de aprendizaje, pero generalmente son muy costosas. Consulta con el maestro de tu niño o con organizaciones locales que brinden ayuda gratuita a niños con discapacidades. La terapia sicológica también puede ser útil. Es común que los niños con trastornos del aprendizaje sientan que sus vidas son un fracaso, y esto les daña su autoestima. Sus frustraciones pueden transformarse en ira. 

“Considero que tratar los problemas emocionales y sicológicos de un niño es más importante que enseñarle que dos más dos es igual a cuatro", dice Liebman. Los padres necesitan aprender a manejar los arranques emocionales de su niño. 

Aunque la mayoría de las personas coincide en que los padres no deben celebrar el comportamiento de un niño cuando hace berrinches o llora, este tipo de escape emocional puede ser beneficioso para los niños con estos trastornos. Si permaneces cerca de tu niño durante esos momentos y le dices que lo quieres y que sabes que las cosas no son fáciles para él, le demostrarás que no está solo en su lucha y que siempre estarás con él para ayudarlo. 

No te olvides de cuidarte tú misma. Ser papá de un niño con problemas de aprendizaje es estresante. Muchas organizaciones especializadas en discapacidad también ofrecen grupos de apoyo y asesoramiento para padres. Publicado por: Baby Center

Que es el Transtorno por Deficit de Atencion e hiperactividad en un niño. (ADHD)


¿Qué es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad?

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH, o ADHD por sus siglas en inglés) es una enfermedad que impide que un niño controle su nivel de actividad y sus reacciones frente a lo que sucede a su alrededor. A un niño con TDAH se le dificulta concentrarse o quedarse quieto.

Este síndrome se manifiesta en la infancia y, por lo general, se prolonga hasta la adolescencia y la edad adulta.

La mayoría de los especialistas afirman que es muy difícil diagnosticar el TDAH en niños menores de 5 años. Esto es porque algunos de los síntomas (como la agitación y la necesidad de movimiento) son difíciles de diferenciar del comportamiento típico de los niños pequeños, que por lo general tienen mucha energía. Además, los niños a esta edad se desarrollan rápidamente, lo cual también dificulta el diagnóstico.

Sin embargo, es importante que tengas en cuenta que los síntomas del TDAH se presentan a una edad temprana, así que puedes comenzar a notarlos cuando tu niño es todavía muy pequeño.

¿Cuáles son los síntomas?

Pueden variar de un niño a otro. Los especialistas han identificado tres tipos principales de TDAH: TDAH inatento (es decir, trastorno de déficit de atención, anteriormente conocido como TDA o ADD por sus siglas en inglés); TDAH hiperactivo-impulsivo; y TDAH mixto, en el cual el niño tiene ambos síntomas de falta de atención e hiperactividad. Para diagnosticar el TDAH, el doctor de tu niño hará una evaluación, que se enfocará en su comportamiento. Examinará ciertas conductas, las cuales deben presentarse en más de un contexto, y durante un periodo de más de seis meses. Tales comportamientos deben afectar de manera negativa la vida del niño, tanto en el hogar como en la escuela y en su entorno social.

Signos de falta de atención:
• Fantasea y le cuesta mucho prestar atención.
• Le cuesta mucho escuchar lo que le dicen.
• Se distrae fácilmente de sus tareas y del juego.
• Le cuesta seguir instrucciones.
• Es desorganizado.
• Pierde cosas importantes.
• Se olvida de las cosas.
• No quiere hacer actividades que exijan mucho esfuerzo mental.

Signos de hiperactividad:
• Generalmente está inquieto o se contorsiona, parece estar en constante movimiento.
• Habla mucho.
• Le cuesta participar en actividades tranquilas.
• A menudo corre de un lado a otro y se trepa en lugares inapropiados.

Signos de impulsividad:
• Contesta antes de que terminen de hacerle una pregunta.
• No tiene paciencia.
• Tiene dificultad para esperar su turno o quedarse quieto en una una fila.
• Actúa y habla sin pensar.
• Se lanza a cruzar la calle sin mirar.
• Interrumpe a otros.

Es probable que algunas de estas conductas te parezcan conocidas. Prácticamente todos los niños se emocionan demasiado o se alteran de vez en cuando. Pero si crees que a tu pequeño le sucede esto más que a otros niños de su edad y estás preocupada, consulta con su doctor.

¿Podrían otros factores causar este comportamiento?

Sí. Un problema de audición o visión o un retraso en el aprendizaje podrían afectar la capacidad de concentración de tu niño. También puede manifestar algunos de estos comportamientos si atraviesa por una situación difícil como el fallecimiento de un ser querido o un divorcio en la familia. O quizá necesite hacer más actividad física para canalizar sus energías. Si estás preocupada, consulta con su pediatra. Su doctor te puede sugerir que lo observes por un tiempo, ya que aún es muy pequeño para hacerle un diagnóstico. O bien, es posible que considere que debe evaluarlo de inmediato.

¿Es muy común el TDAH?

De acuerdo con la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés), el TDAH afecta del 4 al 12 por ciento de los niños estadounidenses en edad escolar. Los síntomas suelen presentarse antes de los 7 años de edad. Algunos estudios demuestran que el TDAH afecta tres veces más a los niños que a las niñas. Asimismo, los niños con TDAH, generalmente tienen familiares que padecen esta enfermedad.

¿Cuáles son las causas del TDAH?

Aunque existe un importante número de investigaciones al respecto, aún quedan muchas preguntas sin responder. La mayoría de los investigadores sostienen que el TDAH es, en parte, genético. Algunos estudios demuestran que si un niño padece de TDAH, la posibilidad de que un hermano también tenga esa enfermedad, es del 20 al 25 por ciento, o cinco veces mayor que en la población general.

Es posible que además exista un factor neurológico. Se cree que las personas con TDAH han heredado una incapacidad física para regular los niveles de ciertas sustancias químicas en el cerebro tales como la dopamina y la norepinefrina. Y los investigadores han revelado que los niños con TDAH tienen entre 3 y 4 por ciento menos de volumen en todas las zonas del cerebro comparados con niños que no padecen esta enfermedad. Además tienen menos sustancia blanca (las fibras que conectan las áreas del cerebro). Antes que existieran tantos estudios sobre este padecimiento, los investigadores afirmaban que los trastornos de atención los causaban pequeñas lesiones en la cabeza o daños menores en el cerebro. No obstante, la gran mayoría de las personas con TDAH no tienen antecedentes de lesiones en la cabeza o daño cerebral.

El consumo de cigarrillos y alcohol durante el embarazo también puede contribuir a que los bebés desarrollen este padecimiento.

Lo cierto es que existe mucha confusión en cuanto a esta enfermedad. Muchos creen que el TDAH está vinculado con el azúcar refinado, los aditivos de los alimentos y las vacunas. No obstante, los estudios más recientes no revelan ninguna vinculación entre esos factores y el TDAH.

Además el TDAH no se debe al trato que le dan los papás a sus hijos, ni a problemas familiares o a una educación deficiente. Tampoco tiene nada que ver con el exceso de televisión. Cabe la pena señalar que el entorno en el que se desarrolla el niño no es una causa directa de este padecimiento. Sin embargo, el entorno puede empeorar la gravedad del trastorno y afectar la manera en que un niño enfrenta su condición y vive con ella.

¿Podrá mi niño superarlo?

Probablemente no. Por lo general, los niños que padecen de TDAH, siguen con esa condición hasta que son adultos. De hecho, el 80 por ciento de los niños que toman medicamentos para el TDAH durante la infancia, siguen necesitándolos en la adolescencia. Y más de la mitad de ellos continúa con el medicamento cuando son adultos. Sin embargo, muchos aprenden a controlar la condición.

¿Es el TDAH controvertido?

Sí, el tema es controvertido. Parte de ello se debe a que los especialistas, aún no determinan cuál es su causa. Y por otra parte es muy difícil de diagnosticar, dado que los síntomas del TDAH se confunden fácilmente con la conducta típica de los niños durante la infancia.

Los medicamentos para los niños con TDAH también han sido objeto de discusión. Médicos, especialistas y padres, tienen sus propias opiniones en cuanto a si los niños menores de 6 años, deben tomar medicamentos para tratar el TDAH. Cabe subrayar que las guías de diagnóstico de la AAP, para el tratamiento de TDAH, son sólo para niños de entre 6 y 12 años.

Aproximadamente, tres de cada cien niños que toman medicamentos tales como Ritalin y otros estimulantes que se utilizan para tratar el TDAH, pueden padecer efectos secundarios. Entre éstos se incluyen el dolor de estómago y de cabeza, la pérdida de peso y la dificultad para dormir. La hipertensión y el retraso en el crecimiento son otros posibles efectos secundarios. Si el doctor le receta a tu niño medicamentos para el TDAH, es muy probable que le haga revisiones médicas frecuentes.

¿Cómo evaluarán a mi niño?

El pediatra examinará a tu niño y verificará su historial médico así como su comportamiento social. Es muy posible que te haga preguntas sobre tu embarazo y sobre si otros miembros de la familia padecen de esta enfermedad. Además querrá saber más sobre el estado emocional de tu niño. Es probable que te recomiende que le hagan exámenes para descartar posibles problemas de visión y audición.

El pediatra quizás sugiera que a tu niño lo vea un sicólogo o siquiatra infantil, un pediatra especializado en desarrollo infantil u otro especialista en salud mental. El especialista que se encargue del caso de tu niño le hará varias pruebas para evaluar su memoria y su capacidad para resolver problemas y escuchar. Además te pedirá que tú o la persona que cuide a tu hijo conteste un formulario que incluirá preguntas tales como “¿Con qué frecuencia observas que está inquieto?”. Las respuestas pueden variar de “nunca” a “siempre”.

El especialista evaluará las conductas asociadas con el TDAH. Posiblemente te pida a ti o a la persona que cuida a tu hijo que escriban una carta donde detallen su comportamiento habitual. El médico podrá hacer un diagnóstico junto con otros especialistas.

¿Cuál es el tratamiento?

Hay tres opciones: Terapia familiar, terapia de la conducta y medicamentos. La mayoría de expertos en este campo, sostiene que la terapia familiar y la terapia de la conducta son suficientes para tratar a los niños que padecen de TDAH.

La terapia familiar, algunas veces llamada "capacitación para padres", es una de las mejores maneras de tratar el TDAH. Te ayudará a aprender a manejar tu propia frustración con el comportamiento de tu hijo y a criarlo con un enfoque positivo y consistente. Asimismo, te ayudará a replantearte las expectativas que tienes de él.

La terapia de la conducta puede enseñarte a estructurar ciertas situaciones en tu casa y en la escuela para que tu niño no esté expuesto a distracciones o estímulos innecesarios.

Los medicamentos para el TDAH generalmente no se recetan a niños menores de 6 años, aunque algunos están aprobados para niños mayores de 3 años. Los más recetados son los fármacos estimulantes como metilfenidato (mejor conocido por su marca, Ritalin) y dextroanfetamina (Dexedrine). Los investigadores creen que estos medicamentos ayudan a regular los niveles de neurotransmisores en el cerebro. Ambos medicamentos se ofrecen en dos formulaciones, una de acción corta (dos a cuatro horas) y una de acción más prolongada (seis a 10 horas).

Es importante que tengas presente que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad es un término relativamente nuevo. Es común que hoy en día, algunos temas relacionados a este trastorno figuren en los medios de comunicación. Los investigadores continúan en la búsqueda de tratamientos para tratar este padecimiento. Pero a medida que surjan nuevos estudios sobre el TDAH, quizás tus amigos o familiares quieran sugerirte lo que debes hacer para tratar a tu hijo.

La mejor forma de evitar ansiedad y confusión, es hablar con el pediatra o el terapeuta de tu hijo. Ellos te ayudarán a identificar las soluciones más apropiadas para él.

¿Qué puedo hacer en casa para ayudar a mi hijo?

El primer paso es aceptar que tu pequeño padece este trastorno. Después es importante que estés consciente de las habilidades de tu hijo. Muchos niños con TDAH son increíblemente inteligentes y creativos. Así que tu niño podría llegar a ser un eminente científico o director cinematográfico. Pero será necesario que reconsideres la manera de educarlo así como también el tipo de entorno que le vas a ofrecer. Comienza con lo siguiente:

• Busca ayuda. Si tienes un diagnóstico concluyente, informa a todos los miembros de tu familia (por lo menos a aquellos que pasan mucho tiempo con tu niño), amigos cercanos, maestros, y a cualquier otra persona que pueda ofrecerles su apoyo. Algunos padres de niños con TDAH suelen ocultar el problema por el que atraviesan, porque temen que estigmaticen a su niño. Sin embargo, el reconocer el problema puede darte paz y tranquilidad. Y es de suma importancia que cuentes con un grupo de personas que te ayuden para que tu niño reciba todo el apoyo que necesita.

• Modifica el entorno. Es recomendable que tu niño no esté rodeado de muchas cosas que lo estimulen y distraigan demasiado. Asegúrate que su habitación esté ordenada. Evita los excesos. Si tienes demasiados juguetes y libros, esconde algunos. Si tienes a tu hijo en una guardería, pídele a la encargada que tenga al niño en un lugar donde le sea más fácil tranquilizarlo y controlarlo. Pídele también que lo aleje de los niños o de los objetos que lo distraigan mucho.

• Establece rutinas. Es recomendable que todos los pequeños tengan rutinas. Y esto es aún más importante para los niños con TDAH, ya que al contar con una rutina que se repite diariamente, evitarás su ansiedad y tensión. Tu niño se sentirá más tranquilo y seguro si sabe qué actividades hará durante el día. De vez en cuando puedes incluir nuevas actividades en su rutina. Pero recuerda que lo más importante es que te asegures que tu niño sepa cuándo y dónde comerá y a qué hora serán sus siestas.

• Recompénsalo. Quizás no sepas que a los niños con TDAH les encantan las recompensas, por más simples que éstas sean. Elogia de inmediato su buen comportamiento (“¡Te cepillaste los dientes como te pedí! ¡Gracias!”), y dale a tu niño un pequeño premio que le guste, como un libro de uno de sus personajes preferidos. La recompensa debe ser algo que pueda disfrutar de inmediato, puesto que a los niños con TDAH no les gusta esperar. Al darle una muestra de reconocimiento, tu hijo se sentirá muy bien y querrá repetir esa actividad por la que lo premiaste. Con el tiempo, es posible que realice las tareas que le asignes por iniciativa propia y habrá menos necesidad de ofrecerle esas recompensas.  publicado por: Baby Center

viernes, 29 de marzo de 2013

Estrategias efectivas para enseñar a los niños con Autismo


ESTRATEGIAS EFECTIVAS PARA ENSEÑAR A LOS NIÑOS CON AUTISMO


1- ESTRUCTURAR EL AMBIENTE
La estructura física de un lugar es la forma como están distribuidos los espacios, muebles y materiales. Lo que el niño o niña ve en un lugar le informa o sugiere la actividad que se va a realizar, así como los materiales que puede utilizar y los que no. Un ambiente organizado y ordenado permite que el niño o la niña permanezca en la actividad y se motive por aprender. Una madre de un niño con autismo dice: “Hubiera querido saber desde el día en que me di cuenta de que mi niño presentaba autismo, la importancia de tener el ambiente organizado, con todo en su lugar, todo marcado y con dibujos”. En muchas ocasiones, la elevada actividad de los niños y las niñas con autismo se presenta porque el ambiente está muy mal organizado o sin actividades planeadas. Por ejemplo, debe señalarse claramente el lugar donde se come, donde se juega, donde se le enseña. Si esto no está bien organizado, debido a su atención en túnel, puede enfocarse en algo que no corresponde al momento. No es conveniente tener a la vista muchos materiales. Si es el momento de comer, el niño o niña debe ver solo lo que corresponde a la alimentación, en lugar de tener la televisión o juguetes al alcance.
Los niños y las niñas con autismo, al igual que todos, necesitan de espacios recreativos; a la mayoría no les gustan los lugares muy encerrados. Tampoco es conveniente que pasen siempre en el mismo lugar porque luego será difícil que acepten estar en lugares variados. Se deben buscar algunos espacios al aire libre, que le permitan desplazarse libremente, sin el riesgo de que se pierdan. Si aún no percibe peligros o le gustan las alturas, es necesario colocar límites que le impidan salirse o tener un accidente.
2 – ESTRATEGIAS VISUALES
Todos los materiales visuales, ya sean dibujos, láminas, fotografías o símbolos, son elementos de gran ayuda para los niños y las niñas con autismo, tanto para el aprendizaje, el desarrollo de la comunicación, como para aumentar su comprensión y regular su comportamiento.
Su gran utilidad se explica porque los niños y las niñas con autismo tienen una gran capacidad de almacenar imágenes en su cerebro. Muchas de las estrategias que aparecen a continuación están basadas en la utilización de elementos visuales. Ejemplo:
A- Nos saludamos

B – Luego tendremos un juego libre

C – Después vamos a pintar

D – Luego iremos al parque

E – Al regresar,tendremos clase de música

F – Por último, nos iremos a casa
Una madre comenta al respecto: “Debemos ser creativos para utilizar el material visual; no es necesario gastar mucho dinero. Con el tiempo, vamos aprendiendo a dibujar en cualquier momento y con cualquier material”.
Aquellas imágenes que se utilizan con mayor frecuencia se pueden dibujar en cartón y forrarse o plastificarse. Otras se pueden dibujar en una hoja, un cuaderno, o en pedazos de cartulina.
3 – AGENDA DE ACTIVIDADES
Los padres y maestros coinciden en lo efectivo que resulta anunciarle al niño o a la niña mediante dibujos o mediante objetos, la secuencia de actividades que se van a realizar en el día. Esto les permite ajustarse a lo que va a suceder, en lugar de dedicarse a otras actividades que quieren hacer a cada momento.  Gradualmente la agenda visual les permite estar bien dispuestos a realizar las actividades programadas. Muchas personas al comienzo creen que esto es innecesario, porque las actividades no varían mucho, pero con el tiempo se dan cuenta de su importancia para el niño y niña. Se hace la descripción al tiempo que se señala cada imagen frente al niño o niña. Cuando vaya a iniciar cada actividad muestra la imagen correspondiente; al finalizarla, anuncia que la actividad se terminó, se voltea o quita la imagen y se menciona la que sigue. De esta forma va siendo claro para el niño lo que falta.
Es frecuente que los niños o las niñas con autismo quieren repetir una actividad que les agrada en particular y se muestran ansiosos o irritables si no se les permite. La secuencia de actividades les facilita aceptar que existe un momento predeterminado para ello y que no la pueden realizar de inmediato. Gracias a su memoria visual sobresaliente, recuerdan las imágenes de las actividades y la forma como están secuenciadas. Hay muchas formas de presentarle la agenda al niño y niña. Puede hacerse con dibujos, fotografías o con objetos que representan las actividades que se van a realizar:
Esta fotografía muestra una agenda con elementos reales, para darle mayor claridad a un niño que aún no comprende bien los dibujos. Más adelante, se pueden utilizar dibujos que representan las actividades. Estos dibujos deben ser simples y no necesariamente tienen que ser muy bonitos.
4 – ANTICIPACIÓN
Debido a su particular forma de procesar la información, los niños y las niñas con autismo evocan en su mente las imágenes de lo que conocen o ha ocurrido antes. Lo que es nuevo o diferente de lo habitual les genera ansiedad y malestar. Por tanto, anticipar es fundamental para que la novedad o los cambios no los sorprendan. Consiste en dibujarle o mostrarle una foto mientras se le explica la situación que va a vivir a continuación.
Esta estrategia es siempre útil y tiene muchas aplicaciones. Sirve para anticipar cambios de actividades, para avisar que algo no ocurrirá como el niño o niña esperaba, para darle información sobre un sitio nuevo que se visitará, o para aclararle el comportamiento que se espera que tenga. Estos son algunos ejemplos:
-Uso de anticipación para anunciar un cambio de actividad: Primero nos saludamos; luego tendremos un juego libre; después vamos a pintar; hoy no iremos al parque, porque esta mojado y con barro; por esto vamos a jugar pelota en el corredor; al regresar tendremos clase de dibujo y por último nos iremos a casa. Al tiempo que lo dice, le quita la imagen de la actividad anteriormente planteada y la cambia lentamente frente al niño o niña, por la imagen de la nueva actividad que se realizará.
-Uso de anticipación para anunciar un cambio de lugar: En los jardines infantiles es frecuente que se realicen las actividades en varios lugares o salones, lo que a veces confunde al niño con autismo, pues por su tendencia a ser repetitivo, se le dificulta hacer cambios. Para facilitar esto, se pueden usar algunas señas que le indiquen en qué sitio se van a realizar las actividades. Por ejemplo, se hace un marco de color a cada imagen. Este color es el mismo de la entrada a ese lugar.
-Uso de anticipación para anunciar un lugar o una actividad que usualmente rechaza: Esta secuencia de imágenes fue utilizada por una madre para preparar a su hijo para ir a la peluquería. El niño rechazaba esta actividad porque no le gustaba la sensación de las tijeras en su cabello y por el ruido del lugar. Al ver las imágenes el niño anticipaba que la actividad no se extendería y le aclaraba que el objetivo era exclusivamente el corte de su cabello.
-Uso de anticipación para que acepte una frustración: Vamos a trabajar en la clase, pero primero debemos guardar el carro en el armario; cuando salgamos a recreo, lo puedes volver a sacar. La siguiente gráfica muestra la anticipación que le hizo una jardinera al niño para que accediera a guardar el carro, puesto que en un comienzo se alteraba si le mencionaban que era hora de trabajar:
-Uso de anticipación para informarle cómo es un lugar nuevo que visitará: “Vamos a ir a la finca de una amiga mía en San Luis. Nos vamos a ir en bus y nos demoramos una hora. En la finca hay un río cerca, donde nos podemos bañar, pero todos juntos. Hay un lago con patos, pero ahí no nos podemos meter. Hay muchas gallinas en el corral y unos caballos en los que no vamos a montar. Allá hace mucho calor, van a ir 5 niños y muchos adultos.”
En este ejemplo, la madre le describe lo que sucederá, al tiempo que le muestra en imágenes. El niño logra imaginarse la experiencia que va a vivir.
5 – LLEVARLO A CONOCER Y EXPONERLO A MUCHOS SITIOS
Muchos padres evitan salir a diferentes sitios con sus niños o niñas con autismo, porque se comportan de manera inadecuada, con pataletas o conductas repetitivas. Los padres se avergüenzan de las miradas que reciben, ya que muchas personas de forma imprudente incluso los culpan y creen que es un malcriado; no saben cómo manejar esta situación, por el comportamiento irritable del niño o de la niña y terminan encerrados en sus casas para evitar problemas. Esto es un error, porque de esta manera consiguen que se aísle cada día más y no aprenda como comportarse apropiadamente.  Además los niños y las niñas que pasan mucho tiempo encerrados, se vuelven más inquietos e irritables. Los padres y madres que han logrado progresos con sus hijos o hijas, cuentan que para mejorar la conducta social de sus hijos y superar situaciones como las mencionadas, les han servido las siguientes estrategias:
-Anticiparle con una agenda visual, el lugar que van a visitar y las actividades que realizarán.
-No frecuentar siempre los mismos lugares, ir a diferentes parques, supermercados, cambiar de rutas, visitar diferentes familiares. Esto le permite al niño adaptarse con más facilidad a los cambios de entornos.
-Cuando van a realizar una visita, o ir a un lugar donde les tocará esperar, es útil llevar algunos juguetes del agrado del niño o de la niña.
-En casa se le anticipa que los puede utilizar al llegar a tal lugar. Esto evita que el niño o la niña comience a tocar lo que no debe y evita que comience a comportarse en forma inadecuada porque está aburrido.
6 – HACERLE EXIGENCIAS ACORDES A SU NIVEL DE DESARROLLO
Al ver al niño o a la niña con autismo interesado en muy pocas cosas, puede ocurrir que no se le enseñe lo mismo que a los demás. Es necesario tener presente lo que a su edad se debe aprender en las diferentes áreas del desarrollo: motricidad gruesa (movimientos de piernas y brazos) y fina (movimientos de precisión con las manos), comunicación, socialización, independencia personal, cognitiva. Si al principio, el niño o niña con autismo no aprende al mismo ritmo de sus compañeros, no se debe desistir. Se deben emplear diferentes apoyos e insistirle de buena manera. Entre estos apoyos están:
Mostrar lo que otro niño o niña hace. El modelo es el mejor apoyo para que un niño o una niña con autismo aprenda, porque ya se sabe que su estilo de aprendizaje es visual.
Insistirle verbalmente sin mostrarle lo que se espera de él, no es igual de efectivo; incluso el exceso de información verbal los molesta.
Acompañamiento de sus compañeros. Esta estrategia se conoce como “pares tutores” y consiste en buscar compañeros que le ayuden al niño o a la niña a realizar la actividad
Dividir la tarea en pequeños pasos y hacer un dibujo o una fotografía de cada paso.
Mostrar en imágenes cada paso que se va a realizar le ayuda al niño o a la niña con autismo a completar una tarea. Por ejemplo, en lugar de darle una sola indicación de vestirse, se le presentan en imágenes cada una de las acciones que se espera que lleve a cabo:
Exigirle las mismas actividades. El niño o la niña con autismo debe realizar las mismas actividades que sus compañeros.
Si todos están haciendo una ficha, él o ella también la debe hacer. Puede requerir que se le lleve la mano, o traerlo desde otro lugar muchas veces, pero se debe insistir.
Si quiere realizar una actividad diferente, se le debe mostrar en la agenda visual la imagen de la actividad que están haciendo en el momento; se le muestra lo que hacen los demás y se le insiste.
Indicarle claramente lo que se espera y no se espera de la tarea.
Un padre de familia expresa: “La insistencia con amor siempre es efectiva; María al comienzo no aceptaba que le diéramos abrazos y besos; nos propusimos insistir en esto, así que todos los días la abrazábamos y besábamos, con mucha ternura y con juegos que le agradaban; lo hacíamos brevemente pero de todos modos lo hacíamos. María poco a poco lo fue volviendo costumbre e incluso empezó espontáneamente a expresarnos afecto de la misma manera” .
7 – DAR INSTRUCCIONES EN FORMA APROPIADA
Es frecuente que los niños y las niñas con autismo no sigan las instrucciones que reciben y continúen en su actividad como si no oyeran, porque no comprenden las palabras que les dicen. Es fundamental para su desarrollo, que aprendan el significado de las instrucciones que se les dan y que las cumplan como los demás compañeros.
Inicialmente se les enseña a reconocer instrucciones simples como “siéntate”, “párate”, “guarda”, “mira acá”, “coge”, “dame” , etc. El adulto le debe dar la instrucción frente a la cara, con una frase corta, de una a tres palabras. Se espera un instante y si el niño o la niña no realiza la acción, se le guía para que la realice. Es muy importante felicitarlo cuando la realice, para que comprenda que esa era la acción esperada y se motive a repetirla. Cuando entienda y cumpla con estas órdenes, se le solicita a otras personas que también se las dé, para que no se acostumbre únicamente a la manera como lo dice la jardinera, el padre o la madre.
Luego se enseña otra serie de instrucciones, de a 5 cada vez. Es necesario seguir el procedimiento descrito y no cometer algunos errores, que les impidan aprender a seguir instrucciones:
Es un error dar la instrucción cuando el niño o la niña no está atendiendo.
No se debe dar la orden desde lejos, o cuando el niño o la niña está muy concentrado en algo, pues debido a su atención en túnel no escuchará lo que se le dijo. Por esto es necesario estar al frente para hablarle.
No se debe repetir la instrucción. Con frecuencia, los adultos no esperan a que el niño o la niña entienda y actúe, sino que repiten muchas veces la instrucción, y lo confunden por el exceso de información verbal.
Otro error es dejar la instrucción sin cumplir. Es necesario asegurarse que el niño o la niña realice la acción indicada en la instrucción, para que esas palabras tengan significado.
Si le dicen “dame el muñeco” y no lo hace, entonces le deben llevar la mano para que lo entregue. Si le dicen “ven” pero no se acerca, el adulto u otra persona lo debe apoyar para que se desplace
Evitar frases que confunden al niño. Muchas veces utilizamos palabras que no son claras para el niño o que él puede malinterpretar.
Una instrucción como “Vístete rápido que nos cogió la noche”, puede no ser clara para el niño o la niña, pues, por un lado, contiene muchas palabras diferentes a la instrucción esencial que implica vestirse; por otro lado, la expresión “nos cogió la noche”, puede dar lugar a que el niño imagine que la noche los va a coger o agarrar.
Es importante además que en el hogar comunitario o el jardín infantil, el niño o la niña con autismo aprenda a seguir las instrucciones en forma grupal. Una jardinera contó la siguiente estrategia:
“Para garantizar que Pedro siguiera todas las instrucciones a lo largo del día, yo le daba la orden en forma grupal, por ejemplo todos nos sentamos; todos jugamos, todos sacamos la lonchera. Las acompañaba de una lámina o dibujo que representaba la acción requerida. Inmediatamente me dirigía hacia él, le repetía la orden y le mostraba la lámina de frente. De esta forma Pedro aprendió a seguir instrucciones grupales y al final del año ya no necesitaba que se le repitiera de manera individual”.
8 – EXIGIR LAS MISMAS NORMAS DE COMPORTAMIENTO
Antes que considerarlo como un autista, hay que recordar que es un niño o una niña. Muchos padres, madres, cuidadores o jardineras olvidan esto y utilizan el autismo como explicación o justificación para su comportamiento, y no le exigen lo mismo que a los demás.
El autismo no puede ser excusa para que deje de cumplir las normas.
Una experta en autismo, les dice a los padres y madres en sus conferencias:
“Una cosa es que su hijo tenga autismo y otra es que sea maleducado”.
Para que cumpla las normas, muchas jardineras y padres sugieren:
Anticipar las conductas esperadas. Se deben ilustrar las normas o hábitos que se esperan, así como aquellas que no.
Las siguientes imágenes corresponden a las normas que con frecuencia se esperan en un jardín:
Hacer cumplir las normas y no cederle. Se deben hacer cumplir sin permitir que se vuelvan un juego o que el niño o la niña logre evadirlas. Una jardinera refiere que un niño con autismo en su grupo hacía pataletas cuando no se hacían las cosas como él quería. Ella y los compañeros aprendieron a ignorar su llanto. Si estaba enojado, le recordaban con las láminas de la secuencia de actividades lo que correspondía hacer en el momento. Gradualmente el niño aumentó su tolerancia a diferentes situaciones y sus pataletas fueron desapareciendo.
Adicionalmente, es importante resaltar que se deben hacer cumplir las normas, pero sin mostrarle enojo o malestar. Aclarar los lugares para las actividades. Los niños y las niñas con autismo tienden a salirse del lugar donde hay muchas personas, donde hay ruido o donde se sienten encerrados. También es frecuente que realicen actividades en un lugar no apropiado, como por ejemplo comer en el suelo, orinar o defecar en un rincón o detrás de un mueble, saltar en las camas.
Tanto en casa como en el jardín se le deben indicar las actividades por realizar, así como el lugar donde se llevarán a cabo. Todas las veces que se salga, es necesario traerlo al sitio que se le indicó.Ejemplo: El niño raya las paredes, el padre lo lleva hasta el lugar donde puede hacerlo y le ofrece los materiales apropiados.
9 – UNIFICAR CRITERIOS
Muchas veces sucede que los adultos que tienen relación con el niño no se ponen de acuerdo sobre las normas que debe seguir el niño o la niña. Algunos exigen una norma, otros no lo hacen; algunos le ceden, otros le exigen, lo que no facilita que aprenda y avance.
En el jardín pueden estar varias personas, así que todos deben conocer el sistema de apoyos visuales que se utiliza para recordarle al niño o a la niña las actividades o normas que corresponden al momento; la persona directamente responsable no debe ser la única que le habla y le explica al niño.
Es frecuente que las demás jardineras que no están a cargo directamente, actúan como si le “perteneciera” solamente a la titular. Deben tener presente que hace parte de ese jardín o institución y por tanto, es responsabilidad de todos.
10 – TRABAJO EN EQUIPO
Es necesario que la jardinera, el cuidador y los padres se pongan de acuerdo en las pautas para manejar su comportamiento inadecuado, favorecer su socialización, fomentar su comunicación y, en general, todo lo que se le debe enseñar.
De esta manera, todos realizarán un trabajo conjunto; de lo contrario, se sentirán solos en el proceso, y estarán poco motivados a persistir en las metas y estrategias.
11 – EMPODERAMIENTO
Esta palabra no es muy común. Significa dar poder, lo cual es sinónimo de fortalecerse. Antes se pensaba que cuando una persona enfrentaba un problema de cualquier tipo, debería buscar una institución o un profesional para que le diera solución. En los últimos años se busca que las personas mismas aprendan sobre la situación que viven, a gestionar apropiadamente los recursos y se fortalezcan. En el caso del autismo, los padres, las madres, los cuidadores y las jardineras que más satisfacciones reportan con los logros alcanzados en sus niños y niñas, son aquellos que se han propuesto aprender sobre el tema, asumir esta experiencia como un reto y no resignarse a que sean otros quienes consiguen los avances. Empoderarse implica aprender sobre el tema y llenarse de fuerza, valor y motivación para emprender las acciones necesarias para el desarrollo del niño o de la niña.
12 – ELOGIO Y RECONOCIMIENTO
Los niños y las niñas con autismo, como ya se ha mencionado, tienden a mantener unos pocos intereses y sus puntos de vista son muy rígidos. Por esta razón, necesitan muchas estrategias que les ayuden a ampliar sus intereses, a tener en cuenta lo que los demás piensan y a enfocarse en las reacciones de las otras personas, para saber cómo comportarse en forma apropiada. Cuando logran algún avance en estos aspectos, deben ser elogiados por su esfuerzo. Por otra parte, se pueden frustrar si fracasan o las cosas no les resultan bien. Por esto resulta muy útil emplear con frecuencia frases positivas y acciones que les indiquen a los niños que lo que han hecho es lo que esperamos. Hay muchas maneras de hacerlo:
También pedirles que hagan dibujos de objetos cotidianos o de situaciones de la vida diaria y luego se les pregunta sobre ellos, para que por esta vía se aumente su capacidad de expresarse.
Habilidades de memoria. Se les pueden asignar actividades en actos sociales como cantar, recitar, puesto que recuerdan fácilmente canciones, poesías, rimas.
Si han aprendido alguna información o actividad, puede servir de modelo o monitor a otros niños. Una profesora de un jardín se dio cuenta de que su alumno con autismo tenía muchos conocimientos sobre los planetas; lo llevó a todos los otros salones de clase, para que les hiciera una exposición sobre el tema.
Habilidades para el uso de aparatos. Es muy frecuente que los niños y niñas con autismo aprendan fácilmente a utilizar el equipo de sonido, juegos de video de computador. Esto puede servirles para entretenerse y luego compartir estas actividades con otros niños o niñas. Los que tengan posibilidad de usar un computador en su casa o comunidad, pueden aprender juegos, se les pueden mostrar imágenes de muchos temas, se les puede enseñar a dibujar y más adelante a practicar lectura y escritura.
No hay por qué sentir temor de que el niño pase todo el tiempo en esto, puesto que para evitarlo se emplea la agenda visual, en la cual se le muestra que realizará otras actividades adicionales.
Decirle “muy bien”, “esto te quedó excelente”, “así era” También hacerlo con expresiones como un aplauso, una sonrisa, un gesto manual. Emplear signos como una cara feliz, un sello, un chulo.
13 – APROVECHAR FORTALEZAS
Las personas con autismo tienen muchas habilidades, que es necesario descubrir y aprovechar: Habilidades para el dibujo. Se debe emplear esta habilidad para establecer relación con otros, animándoles a que realicen dibujos o tarjetas para sus familiares o compañeros. Publicado: Autismo Mexico

Como le enseñamos a los niños con Autismo


Cómo enseñarles a los niños con autismo

Como ya se ha comentado anteriormente a los niños con autismo no se les puede dar instrucciones como  a los demásniños, por lo que es importante que al enseñar a los niños con autismo sea algo que como consecuencia de nuevos desarrollos o logros.
La  estructuración y sistematización en la  enseñanza es algo básico para que los niños con  autismo puedan aprender.
Lo único que se quiere lograr al enseñar y desarrollar más capacidades en los niños con autismo es el favorecer el máximo desarrollo personal para conseguir la mayor calidad de vida posible, y que pueda interactuar con el entorno donde vive, por lo que la manera deenseñarles debe de ser de la siguiente forma:
  • Todo lo que se desea que el niño entienda o comprenda debe de estar de una manera organizada con cierta estructura.
  • La  familia y la comunidad deben estar enteradas del desarrollo del niño, para que juntos puedan apoyarle.
  • Debe haber un énfasis en la comunicación, desarrollando objetivos positivos; es decir, no deben centrarse en eliminar conductas indeseables, sino en crear y potenciar habilidades adaptadas y alternativas.
  • Se debe de procurar no tener errores en el aprendizaje, esto es que si se realiza algo debe de ser con el apoyo de alguien para que se terminen con éxito las tareas y poco a poco la ayuda vaya disminuyendo, hasta que las tareas las realice únicamente el niño y con éxito
En general a los niños con autismo se les debe de hacer un tipo de calendario o agenda para cada actividad, para que ellos sepan qué va a suceder durante una cierta actividad y después de la misma, se debe desglosar por medio de imágenes todo lo que se hará tanto en una actividad como durante el resto del día. Para que ellos  sepan lo que sucederá y nada los tome por sorpresa, esta planificación les da seguridad. publicado: Autismo Mexico